SALMO XII

La niebla es sólo
          la respiración de la tierra
en el momento más explícito
          de la noche;
una música suave y arcaica
          por el camino de recuerdo
llega hasta ti
          desde quién sabe dónde;
la estación pasa,
          su rostro cubierto
con el velo fugitivo del tiempo;
          no ves provecho alguno en el camino;
con todo, algo sublime
          murmura muy cerca de tu alma
y desentierra melancolías olvidadas;
          precavida, retrocede
una emoción dentro de ti
          y luego vuelves
a marcar tus pasos;
          caminas pensativo
                    sin palabras
                    sin gesticulaciones
                    sin percibir siquiera
lo que tu propio corazón
          te va diciendo;
el viento pasa
          a regañadientes, desafinado y testarudo
siguiendo siempre su costumbre;
          la noche lleva una fusión
de ciegas paradojas,
          pero la luz en las tinieblas
resplandece como un hilo,
          pues las huellas de Dios
no se han borrado del camino.